Háblame... de la eterna juventud
JAVI Y PEDRO HERRERO POZO SIGUEN SIENDO EL RUBIO Y EL MORENO DEL DÚO QUE PUSO PATAS ARRIBA EL PANORAMA DE LAS FANS A FINALES DE LOS 70 Y DURANTE LOS 80. LA FIDELIDAD DE SUS SEGUIDORES PODRÁ COMPROBARSE MAÑANA, DESDE LAS 23.30 HORAS. ADELANTAN UN REPERTORIO CON TODOS LOS GRANDES ÉXITOS DE SU CARRERA
NIEVES ARIGITA - Viernes, 28 de Enero de 2011 - Actualizado a las 05:17h
nacieron en el madrileño barrio de San Cristóbal de los Ángeles, el mismo en el que el futbolista Raúl hacía sus primeros regates allá por los 70. De sus actuaciones en los festivales de la parroquia pasaron a convertirse, con tan solo 17 años, en la niña bonita de Sony Music. Como las estrellas de toda la vida, alcanzaron el éxito a través de los cazatalentos de la época. Javi y Pedro Herrero Pozo se convirtieron en Pecos, el eterno dúo del rubio y el moreno. El primero atendió a EL CAMALEÓN ante el inminente comienzo de su gira en Tudela.
-¿No sería nada original comenzar esta entrevista mencionándole alguna anécdota de adolescente relacionada con ustedes, no?
-No, pero eso siempre es bonito, el haber formado parte de la vida de mucha gente en esa época nos hizo como artistas. Imagínate que hubiésemos pasado sin pena ni gloria, probablemente no estaríamos hablando ahora.
-No es que no hayan pasado sin pena ni gloria, sino que su idilio con las fans es de fidelidad absoluta después de 34 años...
-Cierto. Afortunadamente, desde que empezamos, la gente se ha ido identificando con todo lo que íbamos haciendo y eso nos ha hecho crecer y evolucionar junto a ellos.
-En 1978 pisaron por primera vez un estudio de grabación. ¿Cómo ha cambiado la forma de grabar? ¿Es más fácil ahora?
-No tienen nada que ver los estudios de antes con los de ahora, estamos a años luz. Recuerdo la primera vez que nos metimos al estudio de grabación, finales de 1977. Entonces, cada vez que sonaba o querías una instrumentación de cuerdas, veías a 50 ó 60 profesores tocando el violín, el chelo…Y era una gozada. Casi grababas en directo. Cantabas a la vez que tocaban los músicos. No había tantas pistas ni podías meter tantas instrumentaciones como puedes meter ahora. Otro mundo.
-Vendieron lo invendible, colaboraron con gente como Víctor Manuel, Serrat o Ana Belén, pero la crítica nunca llegó a darles su total bendición. ¿Por qué?
-No fue toda la prensa la que estuvo en nuestra contra, pero sí algunos críticos. Hemos trabajado con gente española importantísima y también del extranjero, como los Bee Gees o el teclista de Rainbow, un grupo heavy que no tenía nada que ver con nuestra música. Fue gente que colaboró e hizo arreglos en nuestros discos. De todas formas, yo a la crítica, ni para bien ni para mal, la considero, en este país, importante para la profesión. Para mí han sido, en muchos casos, músicos frustrados que no han llegado a hacer absolutamente nada en la música y de algo tienen que hablar. Y te juro que no te hablo con recelos; te hablo, por ejemplo, de hacer un concierto en un teatro y al otro día oír una crítica de un personaje de éstos que resulta que ni siquiera había estado en la actuación.
-Hablando de su contacto con figuras importantes. ¿Es cierto aquel encuentro con Dalí?
-Lo conocimos estando de promoción del primer LP, creo que era el primero. Él, cada vez que venía a Madrid, se hospedaba en el Hotel Plaza y, por mediación de un periodista amigo nuestro, se puso en contacto y le dijo que había descubierto en la radio a unos niños que hacían una música que le gustaba mucho y que quería conocernos. Ese periodista nos llamó y, tal vez por nuestra incultura en aquellos momentos o por el ajetreo en el que estábamos metidos continuamente, la primera reacción que tuvimos fue decir en voz alta: ¿Y ahora qué coño querrá este tío? Total, que después de que nos dieran unos tirones de orejas, fuimos. Nos llevaron casi a la fuerza y, una vez allí, tuvimos la oportunidad de conocer al artista de artistas y a su mujer, Gala, que era la que mandaba y la que pienso que llevó su carrera. Estuvimos tres días por Madrid con ellos, yendo al teatro, saliendo a comer y empapándonos artísticamente de él. Luego es cierto que nos invitó a pasar un mes en su casa. Nos quería pintar, pero no pudimos ir porque apenas teníamos tiempo para respirar.
-Si le digo la palabra mili, ¿qué me contesta?
-Bueno, con el tema del servicio militar hay ciertas leyendas urbanas. Es cierto que nos jodieron un poco un tiempo precioso, pero a mí, por ejemplo, me dieron muchas facilidades: Pude salir a cantar a Isla del Mar (Chile), a Londres a grabar el cuarto LP, y a Italia para un especial con Valerio Lazarov. El problema estuvo con Pedro, que le tocó el servicio en Melilla y sólo tuvo un permiso de tres o cuatro días cuando juró bandera. Y ahí no pudimos hacer nada. El parón largo que tuvimos se ha achacado a la mili, pero en realidad fue un cúmulo de cosas: El servicio militar de Pedro, la entrada de un nuevo dirigente en la compañía de discos... Intervinieron más factores.
-Con la perspectiva del tiempo y teniendo en cuenta el ritmo que llevaban, ¿se ha planteado que aquel parón pudo ser beneficioso psicológicamente para ustedes?
-Totalmente. Visto desde la distancia, nos vino genial porque durante diez años seguidos no paramos, ya no solo era aquí, era en América, en Italia, en Francia… Cuando dejamos la rutina de esos diez años, al principio no te lo creías y sentías un vacío impresionante, pero luego nos sirvió para darnos cuenta de otro tipo de punto de vista y, por lo menos en mi caso, para analizar mi vida personal.
-Háblame de ti es uno de esos temas que, una vez que lo escuchas, casi no puedes dejar de tararearlo. ¿Cuál es el secreto para hacer canciones tan pegadizas y con tanto recorrido?
-En eso yo puedo hablar de nosotros, de Pecos. Desde el principio, siendo muy jovencillos, nos lo tomamos muy en serio. Es así como tienes éxito porque con esas edades, en este mundillo, puedes volverte un estúpido, un gilipollas y, de repente, querer vivir la vida que no te corresponde. Gracias a Dios nos hemos rodeado de gente que nos ha hecho pisar en el suelo. Nos inculcaron que si nos dedicábamos a esto lo que teníamos que hacer era empaparnos y aprender lo máximo posible. Hemos sido honestos, con un porcentaje de talento nato y otro de mucha suerte y constancia en el trabajo que ha hecho aparecer temas como Háblame de ti… Siempre hemos sido muy sinceros y lo que compusimos era lo que vivíamos en cada momento, con las palabras y las frases que utilizábamos.
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